En noviembre los estudiantes y algunos docente de
bachillerato de la IE Fonquetá visitaron El Castillo Marroquín lo que
motivo a los jóvenes a conocer sobre la historia del lugar.
Este castillo tiene el nombre en honor al primer propietario:
José Manuel Marroquín Ricaurte, ex presidente de la República y escritor de
novelas, quien lo recibió como obsequio de sus hijos. Según el periódico El
Tiempo
“ Los primeros habitantes de esos terrenos fueron los Muiscas,
quienes adoraron, allí, a la diosa Chía. En sus inicios fue fuente de
inspiración para las novelas y demás escritos del ex presidente, quien en esa
época pasaba de los 70 años. Corre el rumor de que allí se concretó la venta de
Panamá”.
Se dice que doña Trinidad Ricaurte y Nariño salió en busca de
una ruana para protegerse del frío pero la señora jamás volvió lo que se convirtió
en leyenda Cuando la familia Marroquín decidió vender la construcción, los
nuevos compradores no pudieron habitarla debido a que los espantos hacían de
las suyas.Después
de varios usos, se instaló un sanatorio mental, que fue desarticulado cuando
dos pacientes se ahorcaron y en 1970, el señor Guillermo Villasmil compró la
propiedad la remodeló y decoró. Hizo un recorrido por los anticuarios, desde
Puerto Rico hasta Argentina buscando cada mueble y accesorio. El día de la
inauguración, mientras volaba de regreso, su avioneta se estrelló. Villasmil
murió.La
arquitectura diversa, accesorios y espantos, así como los muebles franceses son
más antiguos que el castillo: hay
lámparas colgantes con mil y una lágrimas de cristal, consolas y cómodas en
madera exquisitamente talladas y algunas paredes tapizadas en seda. También se
conserva una armadura completa con lanza y espada, que perteneció al Rey
Fernando IV y data de 1816.
El
piso, originalmente en piedra semipública, se cubrió con alfombras. Las instalaciones
se dividen en dos plantas. En la primera, se disponen las salas con muebles muy
antiguos, los comedores, la amplísima cocina y tres habitaciones con accesorios
que le dan un especial toque de la elegancia del siglo pasado. La segunda
planta es un apartamento de una alcoba inmensa (la cama tiene más de dos metros
de ancho): el vestier es casi tan grande como la habitación, baño privado con
tina en minibaldosas, un comedor privado y la entrada a la torre.Esta información fue tomada de http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-952668
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tus valiosos aportes, esto nos hace crecer como grupo editor. Que tengas feliz día.